lunes, 22 de agosto de 2011

Born to Buy

Hace algunos años, durante la universidad, nuestro profesor de Marketing nos encargó una tarea algo especial. Eran tiempos en los que de una manera futurista y pesimista, mis emociones hacia el marketing se habían venido a menos. Eran tiempos de renegar porque las tareas de campo eran asignaciones con mucho chamullo y un kilo de hojas bond, de leer libros de Kotler, Mc Carthy, Lamb, Hair y todos aquellos que (como yo tal vez pero ahora), amaban el marketing de laboratorio. La tarea del Profesor consistía en enfocarnos hacia un tema puntual, un tipo de marketing y de cómo este influenciaba (Nota mental: Analizar el cómo), sobre las mentes de los consumidores.

Después de tanto darle vueltas, salí a recorré la "plaza" con el fin de hallar algo significativo, hasta que lo encontré.... Marketing para Niños. Me dediqué una o dos semanas a observar el comportamiento de los padres que se dejan influenciar por los hijos al tomar una decisión de compra. Y uno realmente encuentra muchas curiosidades, pro ejemplo que los niños prefieren un Yogurt de cualquier sabor menos la fresa porque tiene "cositas" rojas y dan asco; la compra del pan, la ropa, los juguetes, las bebidas. Eso si hablamos de supermercado, pues la realidad en los fastfood u otro tipo de centro comercial, la realidad es totalmente diferente.

Hace unos días leí un artículo publicado por Arellano Marketing, el cual lleva como título Nueva Ola: Power Kids, y justamente hace referencia a la autonomía que tiene los niños hoy, y el poder que ejercen sobre cuestiones de consumo. A pesar que no es un tema de mucha novedad, hay algo que si es muy notorio en nuestra actualidad; Los niños del siglo XXI tienen mucho más acceso a la comunicación e información, por tanto, sus decisiones de compra son más importantes que la de los mismos padres.

Pongamos un caso: Padre en la oficina todo el día, madre en la oficina todo el día; Niño con acceso a celular, con facebook, youtube, televisión por cable, juegos de video, en fin... toda la vorágine comunicacional a su entera dispoisición, los convierten en pequeñas cajitas parlantes que repiten incesantes cuanta publicidad se les haya quedado grabada y que les permite ser la influencia perfecta por impacto, de los productos creados a su medida.

Entonces, ¿Cuál es el reto ahora? Por más fácil que parezca, el marketing también necesita adecuarse a los cambios. Según el estudio de Arellano, los niños exigen un marketing con mensajes más para grandes, con menos niñerías, que usen más a sus personajes de tv favoritos, que los comerciales cuenten una historia entretenida y, sobre todo (porque los niños son (hemos sido) así), que no engañe.



Otro reto es pensar que las generaciones venideras son altamente comerciales y es necesario que las empresas empiecen a enfocar su comunicación hacia ese público para el cuál, seguramente, los marketeros le crearemos un nombre decoroso en un futuro no muy lejano.


hp, Marketing para niños....

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